Café Árabe o QAHWA (قهوة)
Qué decir del café arábigo
y su mágico aroma… Aún recuerdo la primera vez que entré por la puerta de la
casa de mi suegra, en el Cairo, percibí
un fantástico aroma que me embriagó, me resultaba familiar, pero tenía algo
diferente, que no terminaba de reconocer, cuando probé ese brebaje tan maravilloso
mis papilas gustativas comenzaron a bailar de placer. Disfruté de una muy
agradable a la vez que larga velada.
Cierto es, que en nuestro país
esta costumbre desde hace algún tiempo ha entrado en decadencia, en el
mundo árabe, donde la gente tiene siempre tiempo para esa taza de café en
una casa o en un café con un amigo, tiene un sabor especial, porque
realmente lo toman con tranquilidad.
El café tiene como todo lo antiguo una
historia que relata su origen, donde se cuenta que un pastor árabe observó las
cualidades del fruto de una planta que encontró en las tierras africanas
pegadas al mar rojo y se la llevó al Yemen, al sur de la península arábiga,
donde fue cultivada y apreciado su fruto debido a sus efectos de
tonificación
Parece que las tribus africanas, que sabían
del café desde la antigüedad, molían sus granos y elaboraban una pasta
utilizada para alimentar a los animales y aumentar las fuerzas de los
guerreros. Se le llamó QAHWA (قهوة),
que significa vigorizante.
Los efectos del café eran tales que fue
prohibido en la llamada de imanes ortodoxos y conservadores en La Meca en 1511
y en El Cairo en 1532, pero la popularidad del producto, en particular entre
los intelectuales, impulsó a las autoridades a cancelar el decreto.
Por suerte en esta época de la historia podemos
disfrutar de un café en cualquier parte
del mundo.
Ahora vamos con la receta.
Foto encontrada en pinterest.
Ingredientes:
·
6 cucharadas de café en
grano tueste natural.
·
3 tazas de
agua
·
1/2 c/c cardamomo
·
4 o 5 clavos de olor
enteros (opcional)
·
1/2 c/c nuez moscada
·
1 pizca de mística (opcional)
·
Azúcar al gusto.
Preparación
Ponemos las especias y el café en grano
juntos en el molinillo, hasta que se quede muy fino.
Después se pone el agua, se añade el café cuando
rompa a hervir, se aparta se deja templar un momento y se añade el azúcar se vuelve
a hervir, a si hasta tres veces.
Cuando se sirve se tienes que dejar que
caiga el poso en el vaso.
Disfrutad de este placer, con especias o
sin ellas, con leche o con hielo, el café siempre un placer.
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